SALVEMOS A LA TIERRA
Escarnecida y agobiada por el hombre,
estás enferma dulce tierra,
herida de muerte en tus entrañas,
en los montes, en los mares, en la sierra.
Solo se escucha tu lamento, tu quejido,
que nos dice: ¡Cálmate hombre, cálmate,
ya no me atormentes, ya no me hieras!.
Es el grito de los volcanes,
de los ríos, de los mares,
que se volvieron rebeldes titanes,
que se transformaron en violentas tormentas,
en terribles huracanes,
y como consecuencia, en muerte
y en oscuros pesares.
agoniza tu biósfera,
se muere tu ecosistema,
ya no más lluvias, ya no más primaveras,
solo podredumbre va quedando
en los cuatro punto cardinales
de esta sagrada tierra.
El hombre con su ambición,
transforma lo fértil en desierto,
¿A éso le llama civilización?
¿Será falso o será cierto?
reflexionemos y vamos a deducir
que con tanta contaminación,
todo ser viviente tiende a morir.
¿Cuál será nuestra herencia,
a las futuras generaciones?
¿Le heredaremos tierra seca,
tierra muerte, repleta de desolaciones?.
Azul, color favorito de Nuestro Señor,
que con el envuelve a la tierra,
de los terribles rayos del sol,
y que con un beso encierra,
a su hija favorita, que quizá no
quiso que fuera estrella, si no
planeta viviente, para que ahí…
La vida surgiera.
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