ORIGEN
Soy hijo del chocolate y
el laurel.
Tengo alma de café,
voluntad de polvorón y
sangre de marimba.
Poseo manos de aserrín y
devoción.
Soy de mar-zo, de lluvia,
de rambután.
He brotado de una tierra
que arrastra sus complejos desde el nombre; temerosa al crecimiento urbano;
aferrada
a la calidez de pueblo;
fiel enamorada de la comunión.
Soy seguidor pasional de
la Candela-ria. Amante de vicios
pueriles: jugador furtivo
de trompo, barrilete, canicas…
labrador de indelebles
vivencias.
Si la mala hora llamara a
la puerta, no dudes en reclamarle al
viento mi esencia, mis
inviernos, mis primaveras, que por ti he sido
y de ti seré, ínfimo conejo
de hiedra.
SOY LA
HORMIGA DESCARRIADA DEL HORMIGUERO
Desvío el camino, pienso
en volar, en la vida, el arte.
Miradas de extrañeza,
desdén y escarnio asedian la espalda.
Yo les devuelvo una
sonrisa con ojos de Picasso.
Me deshago de la carga
sistemática dorsal.
Libre de maldición, de
números, de encarcelamiento,
camino el camino propio,
tropiezo, caigo en brazos de poesía.
Abro la brecha. Pienso sin
imposiciones, vivo en convicción.
Bailo al compás del
viento; su autónoma partitura es farol en penumbra.
Navego y me extravío en
algodón elevado; pero siempre me reencuentro en laberintos de música.
Soy la hormiga descarriada del hormiguero.
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